DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

Nací sin saber por qué. He vivido sin saber cómo. Y muero sin saber cómo ni por qué.
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DESDE UN ANTES Y UN DESPUES
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Para ver un lunar en nuestra cara es necesario mirarnos a un espejo, de otro modo no sabriamos que existe.
Cualquier espejo es una posibilidad de aceptar, de ver más allá de lo obvio, de ver profundamente.

martes, 12 de julio de 2016





La palabra crisis vio su origen en el griego krísis: decisión, momento decisivo. Deriva de krinó: yo decido, separo, juzgo. Crítico que es derivado de krísis proviene de kritikós: que juzga, que decide.
La crisis implica un momento decisivo, de cambio, en el cual se tiene que tener el criterio adecuado para decidir el rumbo que se va a imprimir a ese cambio o el camino que va a tomar frente a las vicisitudes emergentes.
La crisis, cualquiera sea su naturaleza, es siempre un proceso de transformación, de cambio, de mutación. 
La crisis ofrece siempre dos facetas: la que designa la noción de peligro y la que hace mención a la oportunidad, de lo contrario no es crisis.

A la sabiduría popular china pertenece la siguiente reflexión: No existe tormenta, por más amenazantes y negras que sean sus nubes, que no termine produciendo agua pura y cristalina.

Nuestra existencia es dramática. Somos protagonistas de una trama cuyas hebras vamos entrelazando, punto tras punto, hasta configurar ese diseño peculiar y personal, esa obra original que constituye cada vida humana. 

En cada crisis, nuestra existencia pasa por una fase plena de dificultades, y rica en posibilidades de renovación.
Si crisis implica cambio, transformación, cada crisis ofrece el surgimiento de algo nuevo. De ahí que en toda crisis haya un nacimiento y una renovación.

Cada hito que mencionaré a continuación representa una crisis superada, un momento decisivo y transformador:
En la concepción, se nace a la vida.
En el parto, se nace al mundo.
En la niñez, se nace al asombro.
En la pubertad, se nace a la conciencia reflexiva.
En la adolescencia, se nace a la libertad.
En la adultez, se nace a la responsabilidad.
En la ancianidad, se nace a la sabiduría.
En la muerte, se nace a la eternidad.

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES