DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

Nací sin saber por qué. He vivido sin saber cómo. Y muero sin saber cómo ni por qué.
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DESDE UN ANTES Y UN DESPUES
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Para ver un lunar en nuestra cara es necesario mirarnos a un espejo, de otro modo no sabriamos que existe.
Cualquier espejo es una posibilidad de aceptar, de ver más allá de lo obvio, de ver profundamente.

sábado, 7 de agosto de 2010

DESPIERTA



Estés donde estés. Tengas la edad que tengas. Vivas como vivas. Que sepas que puedes cambiar tu mundo.

Puedes transformar tu realidad. La magia interna existe.

Modificar el rumbo sólo requiere de una simple cuestión de actitud que abre las puertas a una nueva percepción sobre la vida.

La felicidad y la alegría pueden estar presentes en ti, si te animas a abrir tu corazón. Somos responsables de nuestros actos. Ningún mortal puede arrebatarnos el derecho de volar hacia la luz y de co-crear un mundo más humano, sensible y armónico, donde el sentir no sea una utopía y el amor reine para siempre.

No sería novedad que algunos de los que lean estas líneas me crean una desquiciada, al que sería bueno internar. Así es como piensan los muertos. ¿Qué muertos? Los que tienen sus mentes encofradas en la codicia y no dejan que sus corazones florezcan.

Es cierto que tu los ves desenvolverse dentro de la sociedad, ocupando diferentes roles y actividades, pero no te dejes engañar... están muertos. Son cuerpos que caminan, respirando inconciencia, hacia una tumba que les dará la ilusión de que han vivido.

Los muertos en vida son fáciles de identificar. Viven aparentando. Aparentan amar, aparentan ser felices, aparentan vivir, aparentan saber, aparentan disfrutar.

Sólo aparentan. Palabras como acumular, estatus, poder, dinero y prestigio son una constante en sus bocas rígidas, que ya no recuerdan cómo era sonreír.

Ellos son los maestros de la confusión. Son los que nos quieren hacer cree que no es más feliz el que menos necesita, sino el que más tiene.

Los que explotan a los demás para creerse importantes. Los que hacen de su imagen un culto. Los que no se animan a vivir su propia vida. Los que le temen al cambio. Los que no se animan a crecer. Muertos. Están muertos.

Morir puede que parezca una cuestión que está relacionada con el tiempo, sin embargo, es más que nada una actitud hacia la vida.

La clave está en poder sentir, pero para eso hay que dar un paso previo: abrir el corazón. Si lo logras, si te permites sentir, tu percepción del mundo cambiará. Nacerás de nuevo. La vida estallará en mil colores, aromas y sonidos. Tu ser interno danzará dentro de un mar de inexplicables sensaciones nuevas. Conocerás la dicha de estar vivo.

Es cierto que desde el punto de vista objetivo tú seguirás inmerso en la misma realidad. Las paredes de tu casa serán las mismas, tendrás los mismos vecinos, continuaras conduciendo el mismo coche, etc.; la diferencia estará dentro de ti. Tu ya no serás el mismo, la misma. Veras con ojos nuevos. Obtendrás profundidad y sensibilidad. Tu mundo se vestirá de fiesta. Será una celebración constante, porque aprenderás a reconocer cuáles son las cosas que verdaderamente importan. Te sentirás un privilegiado, una privilegiada.

Puede que parezca simple, pero sentir no es tan sencillo como parece. La coraza interna que en su momento fue funcional, porque nos ayudó a no sufrir y a soportar los golpes del destino, asfixia cuando uno intenta dar los primeros pasos de apertura. Ahí, uno toma verdadera conciencia del grosor de la armadura y reconoce que para sentir hay que tener la valentía de volverse vulnerable.

No existen fórmulas matemáticas para el desarme. Sólo puedo sugerirte que apagues el ruido de tu mente. Escucha. Hay una voz en tu interior que te implora que cambies. No tengas miedo. Nunca es tarde. Déjate guiar por la intuición. Abandona la vergüenza. Acaba con la monotonía. Trasciende la rutina. Acercate a un árbol, abrázalo. Huele una flor. Contempla un atardecer. Expresa tus sentimientos. Se agradecido, agradecida. Comparte. Disfruta. Libera tus emociones. Canta. Expande tu luz. Deja que tu imaginación despegue. Haz lo que sientas, sin importar si te critican. No puedes darte el lujo de pasar por esta vida sin sentir.

A veces consideramos que al mundo lo hacen los otros, que la realidad es algo que se mira por televisión, porque nuestros trabajos no son significativos y nuestras acciones parecen irrelevantes. Mentiras. Simples creencias. Todos somos los constructores de esta realidad.

Gestos, palabras, actos, miradas, hechos, pensamientos… cada paso que damos construye, y muchas veces destruye. Por eso, vuélvete consciente. Despierta. Abre tu corazón. Siente por primera vez. Vive. Tu mundo puede cambiar.

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES