DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

Nací sin saber por qué. He vivido sin saber cómo. Y muero sin saber cómo ni por qué.
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DESDE UN ANTES Y UN DESPUES
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Para ver un lunar en nuestra cara es necesario mirarnos a un espejo, de otro modo no sabriamos que existe.
Cualquier espejo es una posibilidad de aceptar, de ver más allá de lo obvio, de ver profundamente.

domingo, 9 de octubre de 2011

POR ALGO.... PARA ALGO


La vida siempre tiene sentido. Estar en ella es todo un privilegio que debemos valorar, agradecer y utilizar en nuestro favor, porque en ella, en realidad, todo está a nuestro favor desde un principio. 
Podemos preguntarnos ante tal afirmación ¿cómo puede estar a favor nuestro en aquellos casos en los que es verdaderamente dura desde que comienza?. Pues aún en esos momentos está a favor nuestro. 
Por eso tenemos que decidirnos siempre por tres cuestiones  fundamentales:
1. Ser felices. Puede parecer que la felicidad viene dada por lo que nos pueden  aportar de afuera,  más que  lo que somos o tenemos y con ello…comienza nuestra felicidad. Y............ No es así. La felicidad nace desde  nosotros. De la forma en que vemos las cosas. De la manera de responder a lo que nos sucede. Del modo en que dejamos que pasen las ofensas a nosotros. La felicidad está. Simplemente. Y lo único que hay que hacer es despertarla con nosotras, con nosotros cada mañana, tomarla de la mano y no separarnos más en todo el día. La felicidad, nuestra felicidad,  puede invadirlo todo si se lo permitimos y traer cada dia de nuestro vivir, la alegría, la sonrisa, el buen humor, la amabilidad y la complicidad. 
¡Pon un  un inmenso escudo con el que te  protejas de la ira, la cólera, la agresividad, la crítica y la malsana intención de los demás!. 
La felicidad que está en nosotros sin más…destruye los ataques del resto porque nadie puede contra la seguridad de sentirnos bien con nosotros mismas/ mismos. Por eso, no debemos sentirnos culpables cuando somos felices. Es un estado natural que hay que reencontrar.
2. Debemos dejar huella tras nuestras pisadas. Todos enseñamos algo. Todos somos maestros y aprendices. Todos damos y recibimos. Todos ganamos al compartir. Estemos donde estemos, seamos quienes seamos…desde cualquier posición, en cualquier momento y en cualquier lugar podemos dejar rastro. Un rastro que debe marcar la identidad grandiosa que llevamos dentro. Un rastro que ayude a ser más y mejor.  Y no se nos olvide que todos, absolutamente todos, enseñamos continuamente. Por eso, es tan importante saber usar el silencio porque éste es uno de los que más enseña. La presencia o la ausencia. Lo que damos y lo que guardamos. Lo que amamos y lo que odiamos. Aquello que nos emociona y lo que nos disgusta. La prudencia o la soberbia. El egoísmo o el altruismo. Todo tiene su contario y en cada vuelta y en cada giro…estamos enseñando y enseñándonos.
3. Ayudar a los demás es el sentido último de nuestra existencia. No hemos venido aquí a ser un islote deshabitado. Los compartimentos de nuestro corazón deben dar cabida a todos los que de algún modo lo necesiten, porque es ilimitado y espacioso. A veces se ayuda, dejando ir. Otras acompañando en el camino y la mayoría, mostrando sin dirigir. Comprender es ayudar. Amar es ayudar. Escuchar es ayudar. Pensar, meditar y recordar es ayudar. Cubrir de serenidad y sosiego .…siempre, es ayudar.
Estamos aquí por algo. Estamos para algo. Que no nos sirvamos solamente a nosotros mismos. El ego tiende a hacernos grandes faenas y sobre todo, siempre tiende a confundir el mundo con la imagen que nos devuelve el espejo sin comprender que el mejor espejo es el rostro de quien nos necesita.
DESDE UN ANTES Y UN DESPUES