DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

Nací sin saber por qué. He vivido sin saber cómo. Y muero sin saber cómo ni por qué.
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DESDE UN ANTES Y UN DESPUES
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Para ver un lunar en nuestra cara es necesario mirarnos a un espejo, de otro modo no sabriamos que existe.
Cualquier espejo es una posibilidad de aceptar, de ver más allá de lo obvio, de ver profundamente.

domingo, 30 de agosto de 2009

Crecer por dentro



El respeto de uno mismo es la mejor manera de conseguir el respeto de los demás.

Los grandes logros surgen de la lucha.

Si tienes más enemigos que amigos, es altamente probable que te los hayas ganado.

La persona que solamente tiene tiempo para el chismorreo y la difamación, está demasiado ocupada como para tener éxito.

La persona que se queja de que nunca ha tenido una oportunidad, probablemente nunca

ha tenido el valor para aprovecharla.

Si empiezas por arriba, solamente puedes moverte en una dirección: hacia abajo.

Las dos clases de personas que nunca prosperan son aquellas que solamente hacen lo que les dicen, y aquellas que no hacen lo que les dicen.

Si tú fueras tu propio patrón: ¿estarías satisfecho del trabajo que has hecho hoy?

La mejor cura que se conoce para la soledad, el desaliento y la insatisfacció n, es un trabajo que haga sudar saludablemente.

La persona con una actitud mental negativa, atrae problemas igual que un imán atrae metales.

Si te preocupa o asusta algo, hay algo en tu actitud mental que necesitas corregir.

A nadie se le recompensa o promociona o felicita por su mala disposición y su actitud mental negativa.

Intentar recibir sin dar primero, es tan estéril como intentar cosechar sin haber sembrado.

Siempre es mejor imitar a una persona de éxito que envidiarla.

En lugar de quejarte de lo que no te gusta de tu trabajo, empieza a ensalzar lo que sí te gusta y verás como mejora rápidamente.

Antes de intentar mandar a los demás, asegúrate de que mandas en ti mismo.

Una mente negativa solamente engendra ideas negativas.

La mayoría de las enfermedades tienen su origen en una mente negativa.

Concéntrate en aquello que deseas de la vida, no en lo que no deseas.

¿Dónde estarás dentro de diez años si sigues por el mismo camino que hasta ahora?

Nunca destruyas nada si no estás preparado para construir algo nuevo en su lugar.

La persona de éxito se concentra en lo que desea de la vida, no en lo que no desea.

No importa lo que hayas hecho en el pasado. ¿Qué harás en el futuro?

Si no sabes lo que deseas de la vida, ¿qué crees que obtendrás?

La sabiduría consiste en saber lo que no se quiere tanto como en saber lo que se quiere.

Si no sabes lo que quieres, no digas que jamás tuviste una oportunidad.

La constancia es el primer principio del éxito.

La manera mejor y más segura de escarmentar a alguien que ha cometido una injusticia contigo, es responder con un detalle amable.

Ofrece resultados, no excusas.

Si aprecias la amabilidad que otros te demuestran, dilo con palabras… y con acciones.

Observa a quien va por delante de ti y sabrás por qué está ahí; después, imítalo.

Si deseas que un trabajo se haga pronto y bien dáselo a una persona ocupada.

La desocupada conoce demasiados sustitutos y atajos.

La fe no te traerá lo que deseas, pero te enseñará la forma de ir por sí solo tras ella.

Si estás demasiado ocupado para dedicarte a las preocupaciones, éstas no encontrarán

motivos para rondarte.

Acuéstate rezando y levántate cantando, y verás qué buen día de trabajo te espera.

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

domingo, 23 de agosto de 2009

Un día….. HOY SIEMPRE


Hay dos días en cada semana en los que no nos debemos preocupar.

Dos días que se deben guardar libres de miedo y ansiedad.

Uno de esos días es ayer.

Ayer, con sus equivocaciones y pesares, sus faltas y confusiones, sus dolores y tristezas. Ayer ha pasado para siempre, fuera de nuestro control; y nada en el mundo podría cambiar ni una cosa que hayamos hecho, ni podemos borrar una palabra.

Ayer ya pasó.

El otro día sobre el que no debemos de preocuparnos es mañana.

Mañana, con sus posibles adversarios, sus problemas, sus promesas grandes y sus pequeños logros. Mañana volverá a salir el sol, ya sea en esplendor o detrás de una máscara de nubes, pero subirá. Hasta que llegue no tenemos parte en mañana, pues aún no ha nacido.

Y sólo queda un día: HOY

Cualquiera de nosotros podemos pelear la batalla de un solo día.

Cuando nos cargamos con esas horripilantes eternidades, el Ayer y el Mañana, nos derrumbamos. No es la experiencia de hoy lo que lastima a los hombres, sino la amarga culpa, algo que sucedió ayer, y el miedo de lo que traerá el mañana. Vivamos pues, tan sólo un día a la vez, y dejemos confiadamente a Dios todo lo demás.

"Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" (Mateo 6:34).

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

lunes, 3 de agosto de 2009

LOS CUATRO PASOS DEL DUELO


Dicen que el tiempo lo cura todo. Pero el tiempo, por si solo, no hace nada. Lo que ayuda realmente es lo que tú haces con el tiempo.
¿Estás utilizando el tiempo para ACEPTAR LA PÉRDIDA, para reconocer que tu ser querido ha muerto y no lo vas a recuperar?
¿Estas utilizando el tiempo para expresar las emociones y SENTIR EL DOLOR que supone para ti esa pérdida?
¿Estás utilizando el tiempo para APRENDER A VIVIR sin esa persona querida?
¿Estas utilizando el tiempo para, llegado el momento, ir recuperando tu INTERES POR LA VIDA ?
Si quieres vivir de una manera sana tu duelo, si no quieres arrastrar indefinidamente el dolor, no basta con esperar a que todo se pase, o seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Necesitas dar algunos difíciles pasos y aprender las duras lecciones de la pérdida. No existen atajos para el dolor.
Acepta también que tendrás que vivir momentos duros y emociones intensas, que estarás más vulnerable...No te exijas tampoco demasiado, sé amable contigo mismo y respeta tu propio ritmo.

Aceptar la pérdida
Aunque sea la cosa más difícil que has hecho en toda tu vida, debes llegar a aceptar esta dura realidad: tu ser querido ha muerto y no va a regresar. Aceptar con la cabeza es fácil, sabes que ha muerto. Lo difícil es aceptar con el corazón. Es muy normal un tiempo (pueden ser meses) en el que te niegues o te rebeles contra la dura realidad. Date tiempo.
Hablar de tu pérdida, contar las circunstancias de la muerte…Todo te puede ayudar poco a poco, a ir aceptando el hecho de la muerte. Sabrás que has podido dar este paso, cuando pierdas toda esperanza de recuperar a tu familiar o amigo, será el momento de la verdadera despedida.

Sentir el dolor
Necesitas también sentir el dolor y todas las emociones que le acompañan: tristeza, rabia, miedo, impotencia, desesperación, culpa…
Habrá personas que te dirán: “Tienes que ser fuerte”. No les hagas caso. No escondas tu dolor. Comparte lo que te está pasando con tu familia, amigos de confianza…No te guardes todo para ti mismo por miedo a cansar o molestar. Busca aquellas personas con las cuales puedes expresarte tal y como estás.
Si no quieres compartir o mostrar tus emociones a otros, no tienes porque hacerlo, pero debes buscar otras manera de dar salida y vivir tus emociones en privado.

Aprender a vivir sin esa persona
Recuerda que hay tiempo para todo, para sentir y vivir el duelo, pero también para hacer, para ocuparte de las muchas actividades de la vida cotidiana. Aunque sientas que el mundo se ha parado para ti, también es cierto que la vida sigue con sus muchas y quizás nuevas exigencias. Una actitud adecuada sería aquella que busca un cierto equilibrio entre el sentir y el hacer.
Así, hacer el duelo significa también aprender a vivir sólo/a, aprender a tomar decisiones por ti mismo/a, aprender nuevas formas de relación con la familia y amigos, aprender un nuevo sentido del mundo y de uno mismo...

Llega un momento en que sabes que es necesario soltar el dolor y el pasado. La vida te espera llena de nuevas posibilidades.
No hay nada malo en querer disfrutar, en querer ser feliz, en querer establecer nuevas relaciones. En realidad, el corazón herido cicatriza abriéndose a los demás.
Finalizar el duelo no es olvidar... Para cada persona puede significar cosas distintas:

· Puede significar llegar a perdonarle y perdonarte por todo lo que quizás no fue la relación, por todo lo negativo, por el daño causado...

· Pensar en él o ella sin sentir ya ese latigazo de dolor y recordarle con ternura y agradecimiento por lo vivido juntos.

· Es poder dar un sentido a todo lo que has vivido en estos meses o años.

· Es entender con el corazón en la mano que el AMOR no se acaba con la muerte

En cierto modo, nunca te recuperas de una pérdida significativa, porque ésta inevitablemente te cambia. Tu puedes escoger si ese cambio será a mejor.
DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

domingo, 2 de agosto de 2009

Bendición Celta


Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente. Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles.

Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado. Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta. Que vivas cien años, ¡con un año extra para arrepentirte! Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño.

Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja. Y que la fortuna de las colinas irlandesas te abrace. Que las bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados, y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga, y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para consolarte, aquellos a quienes amas cerca de ti, y todo lo que tu corazón desee! Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve, y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, que Dios te conceda muchos años de vida, de seguro Él sabe que la Tierra no tiene suficientes ángeles.

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES

A veces tenemos tanto que aprender



A veces tenemos tanto que aprender de aquellos que nos han dañado, tanto que aprender de aquellos que consideramos nuestros enemigos y en verdad no lo son, a veces tenemos tanto para decirles y que terrible sería no hacerlo.


Por eso valoremos a aquellos que se exponen, que se hacen cargo de su actitud, de aquellos que ponen lo que tiene que poner y piden perdón cuando se equivocan, con aquellos que se prestan para escuchar lo que tenemos que decirles hoy, en una sociedad donde es más fácil esquivar la responsabilidad, donde es más fácil evitar la historia, donde es más fácil echarle la culpa al de afuera desligándose de todo. Ante estas personas lo que uno tiene que sentir es gratitud.


Tenemos que construir un presente liberándonos del pasado, de aquello que en una situación dada nos hizo daño y para esto hay que saltar algunos obstáculos que la vida nos depara.

Se trata de aprender que esos obstáculos no se pasan si antes no se produce un aprendizaje. Las cosas que nos suceden están en nuestra vida para que aprendamos de ellas porque sino aprendemos se volverán a repetir.


Los obstáculos que no se superan producen enfados, molestias y disgustos que se estacan en nosotros y no nos permiten continuar de una manera sana con nuestra vida.

Cuando hablamos de un duelo, hablamos de la sensación de pérdida de algo o de alguien en nuestra vida, pero existen diferencias entre el dolor y el sufrimiento:

Porque el dolor es el tránsito por un espacio que me genera una sensación de estar herido por dentro. Y, el sufrimiento es quedarse a vivir en ese lugar de dolor y no poder salir de el.

El dolor en si es saludable si consideramos que nos permite ver que algo dentro de nosotros nos está causando daño, es una llamada de atención a la que tendremos que ir para poder sanar.

La protesta difiere de lo que es la queja. Siempre es saludable hablar sobre aquello que no nos gusta, quejarse es instalarse de manera contínua en una protesta.

Poner límites difiere del hecho de aislarse. Poner límites a alguien y decirle; "hasta aqui llegaste porque no me gusta lo que haces" difiere del hecho de aislarme de todo y de todos porque no puedo o no se poner límites para que no me sigan lastimando.


La protesta como manifestación de desagrado difiere del enfado.

Entonces, habrá que aprender a ponerle palabras a ese enfado y decir, por ejemplo: “Esto no me gusta” porque si no lo hago seguramente ese enfado contenido se transformará en permanente disgusto.

Decía Aristóteles: “Enfadarse es fácil, pero enfadarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de sabios”.


Muchas veces la permanente protesta contendida me lleva al enfado y ese enfado me genera angustia y cuesta llevarlo. Y esto sucede porque en muchas ocasiones sentimos temor de decir lo que nos pasa por miedo a que nos dejen de querer, de que nos dejen de aceptar, de que el otro sea quien se enfade con nosotros. Muchas veces nos guardamos dentro lo que queremos decir porque pensamos que si lo decimos tal vez lastimemos al otro, cuando en verdad a quien nos lastimamos es a nosotras/nosotros mismos.

A veces preferimos transitar el camino de enfadarnos en silencio en vez de hablar o explicar lo que sentimos, o bien aislarnos cuando en realidad asi estamos pagando un precio que no queremos ni debemos pagar.


Cuando el enfado se instala, el enfado guardado comienza a doler y nos conduce al rencor, y del rencor pasamos al resentimiento el cual no tiene salida porque es como quedarse atrapada en una situación de la que cuesta mucho poder salir.

Muchas veces guardamos resentimiento contra alguien que ya no está presente en nuestra vida y nuestro problema no está fuera, está dentro de nosotros, con todo aquello que el otro dejó instalado dentro de mi, llamémosle, palabras hirientes, actitudes que no podemos olvidar y la falta de todo aquello que necesitábamos de esa persona.

Lo importante entonces no es su ausencia sino la presencia en mi vida de todo lo que me faltó del otro, de aquello que la otra persona no pudo o no quiso darme.

El perdón se construye, se aprende, uno aprende a perdonar, no nace solo, se construye en el día a día hasta que llegue un punto en que no nos haga falta que venga el otro a pedirnos perdón, simplemente se perdona construyendo nuestra propia capacidad de perdonar, porque perdonar es liberador para quien perdona no para quien recibe nuestro perdón.

Habrá entonces que sacar todo fuera de nosotros, para que dentro nazcan cosas nuevas, como la confianza, el amor, la compasión que me va a conducir al perdón para librarme de todo aquello que me daña y poder seguir adelante.


"He dejado de ser para encontrarme, buscando detrás de lo que otros esperan de mi".

"He dejado de ser para buscarme, por debajo de lo que otros dicen que soy".

"He dejado de ser y me he encontrado, olvidando temores cara a cara conmigo, transparente y desnuda".

"He dejado de ser para brindarme sin pretensiones, ni competencias, sin miedos, ni apuros ni exigencias, para compartir y entregarte esto que soy, sin que importe ya más lo que he sido."

DESDE UN ANTES Y UN DESPUES