Solo nosotros tenemos que asumir la responsabilidad de las situaciones que nos toca vivir.
ACEPTACIÓN: Aceptar y recibir el hecho del insulto tal cual es, estar de acuerdo con su contenido, forma o formas, en un principio.
SERENIDAD: No tiene sentido perder la razón ante alguien que, al insultarnos, ya demuestra que ha perdido toda razón.
COMPRENSIÓN: El/la que insulta está fuera de sí, ofuscado/a por su ira y sumergido/a en problemas que no ha podido resolver. Conoce y sabe de sus insuficiencias, pero usa el ataque como defensa. En el fondo es una persona que sufre y se siente desvalido/a o impotente por lo que, está necesitado/a de ayuda y afectividad.
PRUDENCIA: Ante lo que es un ataque a nuestra integridad y nos podría herir o nos hiere, como es el insulto.
CALMA: Si permanecemos serenas/os ante el insulto, con nuestra actitud, disolvemos al instante cualquier agravio o calumnia.
REFLEXIÓN: Desde la reflexión te permites tomar distancia para examinar el problema con más claridad y evitar caer en un arrebato de ira.
HUMOR: Es un excelente y maravilloso neutralizador del ácido del insulto.
ESTRATEGIA: La mejor estrategia es aquella que el adversario no espera. Y cuando alguien insulta espera que el otro reaccione con enfado. Permanecer en calma no sólo nos permite gobernar la situación, sino además desarmar al contrincante y sembrar la semilla de la duda en el campo de sus creencias. (Me costo, y algunas veces cuesta, pero les puedo asegurar que por nuestra salud, física y mental es lo que mejor podemos hacer).
HUMILDAD: Desde la humildad no aparentamos más de lo que somos pero somos más de lo que aparentamos.
RESPONSABILIDAD: Somos responsables tanto de dejarnos arrastrar por la ira y la indignación, cuando alguien nos insulta como de dar una respuesta sana, sensata y justa.
LIBERTAD: Más allá de lo mal que hagamos las cosas, todas/os tenemos la libertad de responder al insulto con violencia o con serenidad. Depende de cada una/o de nosotras/os.ACEPTACIÓN: Aceptar y recibir el hecho del insulto tal cual es, estar de acuerdo con su contenido, forma o formas, en un principio.
SERENIDAD: No tiene sentido perder la razón ante alguien que, al insultarnos, ya demuestra que ha perdido toda razón.
COMPRENSIÓN: El/la que insulta está fuera de sí, ofuscado/a por su ira y sumergido/a en problemas que no ha podido resolver. Conoce y sabe de sus insuficiencias, pero usa el ataque como defensa. En el fondo es una persona que sufre y se siente desvalido/a o impotente por lo que, está necesitado/a de ayuda y afectividad.
PRUDENCIA: Ante lo que es un ataque a nuestra integridad y nos podría herir o nos hiere, como es el insulto.
CALMA: Si permanecemos serenas/os ante el insulto, con nuestra actitud, disolvemos al instante cualquier agravio o calumnia.
REFLEXIÓN: Desde la reflexión te permites tomar distancia para examinar el problema con más claridad y evitar caer en un arrebato de ira.
HUMOR: Es un excelente y maravilloso neutralizador del ácido del insulto.
ESTRATEGIA: La mejor estrategia es aquella que el adversario no espera. Y cuando alguien insulta espera que el otro reaccione con enfado. Permanecer en calma no sólo nos permite gobernar la situación, sino además desarmar al contrincante y sembrar la semilla de la duda en el campo de sus creencias. (Me costo, y algunas veces cuesta, pero les puedo asegurar que por nuestra salud, física y mental es lo que mejor podemos hacer).
HUMILDAD: Desde la humildad no aparentamos más de lo que somos pero somos más de lo que aparentamos.
RESPONSABILIDAD: Somos responsables tanto de dejarnos arrastrar por la ira y la indignación, cuando alguien nos insulta como de dar una respuesta sana, sensata y justa.
DESDE UN ANTES Y UN DESPUÉS